Los hombres que miraban fijamente a las cabras
George Clooney, Ewan McGregor, Jeff Bridges y Kevin Spacey bajo la dirección de Grant Heslovy según el guión de Peter Straughan. Importante saberlo y tener claro que aún que lo parezca no se trata de una película de los hermanos Cohen.
Se supone que el argumento se basa en un hecho real y, aunqueparece imposible, yo empiezo a creérmelo. De los USA ya me creo las cosas más absurdas, cómo ejemplo sólo citaré la noticia de que en NY se plantean prohibir la sal en las cocinas de los restaurantes, porque según las autoridades sanitarias este condimento es el responsable de un montón de muertes anuales por obesidad. Así que si alguien te cuenta la historia de un periodista que descubre un grupo especial del ejército americano dedicado a la guerra psíquica y mental, puedes empezar a sospechar que algo de verdad hay.
La premisa de la película promete un montón. Bob Wilton (Ewan McGregor) investigando a Lyn Cassady (George Clooney), el mejor soldado “Jedi” (cómo ellos mismos se denominan) en plena misión en Irak. Poco a poco descubrimos la historia de Bill Django (Jeff Bridges), un mando militar que cree en la fuerza de la mente i la no violencia física (que si mental) para acabar con los conflictos. El responsable de la creación de esta unidad especial de “Jedis” que luchan por el bien y la paz.
Los actores están sensacionales: McGregor cómico pero natural, Clooney muy cómico pero creíble, Bridges extremadamente cómico pero demasiado apretado o estereotipado (sobre todo si lo comparamos con su actuación en El gran Lebowski) y Spacey nada cómico ni natural (es extraño que esté en el proyecto, porque el papel no le va, la edad no le va, y la interpretación parece no interesarle).
La dirección es más que correcta. Un dominio de tiempo de gag preciso y muy efectivo, una dirección de actores que saca lo mejor de cada uno (excepto de Kevin) y que pone de manifiesto el Feeling que comparten. Quizá el metraje sea demasiado largo, o más bien se hace largo, porque no creo que llegue a las dos horas.
Y del guión hay que destacar el humor. Para mi gusto exquisito, un poco apretado en algunos momentos, pero desencajante y loco en otros. Cómo digo el gag está bien trabajado, la presentación de personajes es perfecta, y la narración con saltos temporales clarísima. El único problema es que después de haberte reído durante un buen rato (especialmente al inicio de la película) cuando llegas al final tienes la sensación que aunque te han explicado un montón de historias, el argumento no te ha llevado a ninguna parte. Que en realidad no te han contado nada, y que sales un poco igual que has entrado. Por desgracia esta sensación empieza a ser habitual. No hace mucho ya la comentamos respeto a la última película de los Cohen: Buenos actores, buenos directores, buen humor, pero un guión sin rumbo o sin intenciones, quizá una simple unión de gags. Espero que no se repita muy a menudo.
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